“Habría que animar a más empresas a que faciliten esta labor de voluntariado”

Seguramente, aunque Walter Pack no ofreciera a Asun Corvo y a Carmen Nieto la posibilidad de realizar labores de voluntariado durante su jornada laboral, ellas mismas las harían durante los fines de semana, en su tiempo libre. Porque la solidaridad es algo que siempre ha inspirado a estas dos mujeres del Área de Inyección de Walter Pack.

Eso sí, hacerlo sería bastante más complicado. “Al final los fines de semana tienes familia, obligaciones, y no dispones de tanto tiempo. En cambio, si la empresa te lo facilita… Habría que animar a todas a que incentivaran esta labor de voluntariado”, afirma Asun.

Acompañamiento a mayores

Las dos han participado por primera vez en una actividad organizada por Ner Group junto con la Cruz Roja de Igorre para acompañar a una treintena de personas mayores por varias rutas de senderismo. Y se muestran encantadas, tanto por la experiencia como por la posibilidad de invertir el 2% de su tiempo de trabajo en tareas de compromiso con la sociedad, algo que forma parte del ADN de Walter Pack y de Ner Group y que, sin embargo, sorprende a la mayoría de las personas de su propio entorno.

“A todo el mundo le parece muy bien este tipo de iniciativas, pero les sorprenden muchísimo, incluso a las personas mayores a las que he acompañado. Varias de ellas me preguntaron: ¿Pero después, tienes que trabajar? Y yo les respondía: No, yo estoy trabajando ahora con vosotros. ¿Y te lo van a pagar? Sí, me lo van a pagar”, explica, mientras su compañera Carmen apostilla: “Es algo impresionante” que contrasta con el afán de “producir, producir y producir que habitualmente tienen las empresas”.

Sin embargo, no es ésta la única razón por la que ambas han decidido tomar parte en la iniciativa promovida por Ner Group y la Cruz Roja. Carmen siempre ha sido muy sensible a la soledad que padecen algunas personas mayores, especialmente desde que trabajó como auxiliar de enfermería en una residencia de Madrid. “Allí veía que había personas muy solas, otras que no tenían familiares… y el tema de la soledad siempre me ha chocado mucho. Por eso quería participar en esta iniciativa de acompañamiento”, explica. Para Asun, en cambio, se trata de una experiencia novedosa en la que nunca había participado pero que tenía ganas de probar.

Las dos se encontraron con un grupo heterogéneo, compuesto por personas plenamente autónomas, acostumbradas a hacer senderismo y “muy bien conservadas”, bromea Asun. El objetivo era acompañarlo en dos escapadas diferentes: una ascensión a Artxanda por la nueva pasarela, y un recorrido de 15 kilómetros entre Igorre y Usansolo, en el Valle de Arratia. La propia dinámica de la iniciativa no era propicia para que se pudieran establecer lazos o vínculos de carácter personal pero sí para vivir alguna situación sorprendente, como cuando Carmen reconoció a uno de los participantes como vecino de la localidad extremeña en la que nacieron sus padres. “Qué pequeño es el mundo”, dice.
Después de vivir esta experiencia, tanto Carmen como Asun utilizan palabras como “enriquecedora” o “satisfactoria”, e insisten en su voluntad de volver a participar en iniciativas similares. De hecho, Carmen ya ha conseguido cerrar su participación en mayo, mientras que su compañera se ha quedado a las puertas y confía en que la iniciativa se vuelva a convocar a la vuelta del verano para volver a tomar parte en ella. “Si se vuelve a hacer a partir de septiembre volveré porque me ha parecido una experiencia enriquecedora. Aquí ves que la gente, aunque sea mayor, es capaz de subir al monte, bajar y seguir tan pitxi ¡cuando yo estoy medio muerta!”, dice, después de calificar la experiencia como “interesante”.

Para Carmen ha sido una experiencia “satisfactoria” que le ha “fortalecido” gracias a que se trata de una iniciativa al aire libre que le ha permitido disfrutar del paisaje. “Yo repetiré: ya lo tengo cerrado para mayo”.