Sin embargo, no es ésta la única razón por la que ambas han decidido tomar parte en la
iniciativa promovida por Ner Group y la Cruz Roja. Carmen siempre ha sido muy sensible a la
soledad que padecen algunas personas mayores, especialmente desde que trabajó como
auxiliar de enfermería en una residencia de Madrid. “Allí veía que había personas muy solas,
otras que no tenían familiares… y el tema de la soledad siempre me ha chocado mucho. Por
eso quería participar en esta iniciativa de acompañamiento”, explica. Para Asun, en cambio, se
trata de una experiencia novedosa en la que nunca había participado pero que tenía ganas de
probar.
Las dos se encontraron con un grupo heterogéneo, compuesto por personas plenamente
autónomas, acostumbradas a hacer senderismo y “muy bien conservadas”, bromea Asun. El
objetivo era acompañarlo en dos escapadas diferentes: una ascensión a Artxanda por la nueva
pasarela, y un recorrido de 15 kilómetros entre Igorre y Usansolo, en el Valle de Arratia. La
propia dinámica de la iniciativa no era propicia para que se pudieran establecer lazos o
vínculos de carácter personal pero sí para vivir alguna situación sorprendente, como cuando
Carmen reconoció a uno de los participantes como vecino de la localidad extremeña en la que
nacieron sus padres. “Qué pequeño es el mundo”, dice.