El centro en el que he participado, San Viator, lo tiene todo muy bien controlado porque hay muchas personas con diversidad funcional, y esta convivencia está normalizada y muy asumida por todos. En el que está mi hijo, sin embargo, solo hay dos personas con diversidad funcional y la convivencia no está tan integrada, aunque desde el primer momento los profesores se esfuerzan en educar al resto de los alumnos. En San Viator, al haber tantas personas y ser uno de los tres centros con mayor grado de inclusión lo tienen más normalizado. Todos los centros deberían tender a eso, a que no sea algo exclusivo, sino que sea la norma, y extenderla a todas las personas, no solo con las que tienen diversidad funcional sino con las que vengan de otros países, sean de razas diferentes… Porque todos tenemos una tendencia a segregar a las personas distintas aunque lo hagamos de forma inconsciente.